Una reseña de FJ Arcos Serrano
Winter World
apareció en los Estados Unidos en tres entregas entre 1987 y 1988, pero su
segunda parte, Winter Sea, no había sido publicada hasta su edición
recopilatoria en 2015. Hubo un proyecto de hacer de esta saga una trilogía con
la incorporación de otro episodio, Winter War, pero quedó truncado por el
fallecimiento del dibujante en el 2002.
Chuck Dixon elaboró junto al argentino Jorge
Zaffino esta obra maestra que es WinterWorld: una serie de
aventuras en un mundo invernal, donde no sabemos qué ocasionó las heladas que
convirtieron al planeta en una inmensa planicie nevada. Conoceremos a Scully,
un buscavidas que atravesará estepas
heladas enfrentándose por el camino a tribus nómadas y salvajes que no conocen
el mundo anterior a las glaciaciones, buscando sobrevivir a toda costa en este
mundo inhóspito.
El guión de Chuck
Dixon posee dinamismo, en ningún momento decae la acción y apela al lector
con sobrios y directos textos explicativos que revelan los pensamientos y dudas
de Scully.
El arte de Zaffino
en Winter World se disfruta hoy
tanto como en 1988. La publicación en blanco y negro potencia muchísimo la
labor del dibujante. Su dominio del pincel es excelente, traduciéndose en un salvajismo
hipnótico, sobre todo en las escenas de acción. El argentino narra como Dios,
aportando vértigo y dinamismo en cada una de sus páginas, regalándonos para
nuestro disfrute visual unos paisajes perpetuamente helados que reflejan el
prodigio de su técnica.
También hay que mencionar que algunas páginas de la secuela Winter Sea se notan que están dibujadas
de manera algo más apresuradas, pero eso no quita que no tengamos igualmente
viñetas magistrales ni secuencias de acción que te ponen los pelos de punta.
Creo que con lo anteriormente mencionado, no queda duda de
que estamos frente a un narrador distinto, con un conocimiento del dibujo y del
medio poco frecuentes y cuyo estilo es perfectamente idóneo para este tipo de
historia.
Hay que agradecer a Aleta que se haya decidido a publicar
esta obra en castellano y más si es en esta cuidada edición en cartoné que
queda de maravilla en la estantería.
Sin lugar a dudas, uno de los cómics más influyentes de los
años ochenta.
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