Tras 32 años de servicio, el agente de fronteras Ben Clemens (Michael Chiklis) se da cuenta de que en el fondo está ayudando al tipo de gente que ha tratado siempre de mantener fuera de los Estados Unidos
Aunque la premisa de este drama criminal parece bastante interesante en sus primeros episodios, con buenas escenas de acción y tensión en todo lo alto y su planteamiento de ese agente de frontera retirado ahora al otro lado de la frontera puede llamar bastante a ávidos consumidores de productos con gran base de crítica social, la serie de Coyote no llega a cuajar por varias razones y es que su planteamiento es bastante pueril, su personaje principal, debería ser el eje conductor de la trama, es muy plano, e incluso el paso de servidor de la ley a esa especie de espalda mojada, nos llena la acción de incongruencias y desarrollo bastante lioso y engorroso que no conseguirá enganchar a todos los espectadores.
Coyote promete pero todo se queda en agua de borrajas y lo hace muy a pesar del personaje interpretado Chiklis, que poniéndolo todo en el asador de la actuación no consigue hacer de su personaje algo creíble, y los demás personajes tampoco aportan mucho a una serie bastante olvidable y una de las decepciones de este enero.
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