Los muertos están volviendo a la vida en la reserva natural de Mi'gMaq de la comunidad de Red Crow. Los únicos que parecen ser inmunes al extraño virus que se está propagando son los indígenas que habitan la zona.
Sin olvidar nunca el origen y el mínimo presupuesto de la cinta, hay que decir que nos ha parecido una muy entretenida propuesta, siguiendo los cánones de este tipo de películas pero con grandes aciertos en lo grotesco y salvaje de algunos momentos de su desarrollo y por su crítica político-social a Canadá en lo que se refiere al trato que los indios autóctonos reciben en aquel país.
Malas actuaciones, diálogos sin sentidos en algunos momentos y un inicio un poco cutre no quita que estemos ante un título interesante que nos propondrá 1001 maneras de acabar con un zombie, y nada más que por eso merece una oportunidad.
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