Y qué las une a todas? Una especie de reivindicación nacionalista de las esencias británicas en un momento en el que la nación mira a un abismo político creado por sus propios ciudadanos. Así pues, no deja de tener sentido una reivindicación de algo absolutamente evidente para cualquier ser humano :los Beatles son el mejor grupo de la historia y todo, todo lo que vino después en la música popular ha sido una nota a pie de página en una discografía donde la genialidad es la norma y las canciones simplemente extraordinarias son la excepción.
Lennon y McCartney son el gran milagro del siglo XX, y por ello a Inglaterra se le perdona hasta el colonialismo. El problema es que la peli no está a la altura del legado que quiere homenajear. Y por desgracia el guionista Richard Curtis recurre a sus trucos habituales con su acostumbrado grupo de ingleses encantadores que acaban saturando a cualquiera.
Y todo acaba siendo otra historia de amor edulcorada siguiendo el modelo Notting Hill. Si además dirige Danny Boyle con su acostumbrada incompetencia y el protagonista tiene un carisma similar al de una barra de fuet, pues tenemos una oportunidad perdida. Y sin embargo hay un momento extraordinario y emotivo. El encuentro con John. El abrazo que todos le hubiésemos querido dar.
Que el cine, incluso el mediocre como este, pueda ser de pronto una ventana abierta a un mundo posible en el que las cosas hubieran sido distintas. Y sí, un mundo sin los Beatles sería un mundo infinitamente peor, pero en fin, si amas a Lennon y McCartney y has visto la peli sabrás lo que quiero decir. No habrá nunca nada parecido a los Beatles. No vivimos en el mejor mundo posible, pero hemos tenido la suerte de ser sus contemporáneos. Dad las gracias por ello. Aunque sea viendo esta peli.
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